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A veces me gusta bromear que México es un país surreal, creo que con el paso de los años sé a normalizado pensar así. Pero otras veces parece que el país se esfuerza por llevarme la contraria y decide que en efecto todos los mexicanos vivimos en un mundo surreal. Y no se dejen llevar por la idea de vivir en una pieza de arte que se está derritiendo. Me estoy refiriendo a que los mexicanos tomamos las decisiones más irracionales en muchos sentidos.

Cuando André Breton visitó México en 1938 dejo unas célebres palabras que han sido repetidas y normalizadas. “No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo”. Lo cual creo que muchos lo tomaron como halago. Pero en mi opinión creo que se refiere al gran atraso cultural de la sociedad mexicana.

En los últimos años se ha estado manifestando la tendencia del hartazgo en el mundo. Ya no se tolera el abuso, la homofobia, el machismo, ni la contaminación ambiental. Todas cosas buenas, pero parece que en México las noticias no son gratas. Al mexicano le está temblando el suelo de la comodidad y el simple hecho de no poderse burlar de los demás, hacer bromas machistas, o prohibir la palabra ‘puto’ en un estadio están atentando a la vida misma.

El surrealismo o superrealismo fue un movimiento literario y artístico que busca trascender lo real a partir del impulso psíquico de lo imaginario y lo irracional.

Wikipedia

Pero no puedo decir que me sorprende. Los mexicanos quieren un país de primer mundo, pero quedarse con las actitudes de uno de tercera. Quieren un transporte público de excelente servicio, pero todavía no aprenden a no tirar basura, a ser conscientes y respetuosos de su alrededor. Exigen que se limpien las cañerías porque la ciudad se inunda, pero aún así siguen tirando basura en la calle. Exigen respeto pero no la piensan dos veces en poner música a todo volumen en sus casas en la madrugada sin importarles los vecinos. Alguno de esos vecinos puede estar enfermo, tener un bebé que por fin se acaba de dormir, o tuvo un día muy malo en el trabajo y solo quería llegar a dormir. Prácticamente parece que todo el mundo va con una actitud donde lo más importante es el ‘yo’.

Esta actitud altamente egoísta la puedes ver por todos lados. Es la cultura aclamada del ingenioso ‘gandalla’. La persona que se sale con la suya. Que no la capturan y se ‘chinga’ a los demás. ¿Realmente no se dan cuenta de que eso es exactamente lo que nos tiene atrasados? Lo puedes ver en las personas que se pasan el semáforo en rojo. Lo puedes ver cuando se estacionan en plena calle porque no quisieron ir a buscar estacionamiento (solo son 5 minutos joven). Lo puedes ver en la fila del aeropuerto cuando los del grupo 3 se ponen al final de la fila del grupo 2 (su fila ya estaba muy larga). También en los carros que usan el nuevo carril para bicicletas. En los miles de personas que no tienen licencia y aún así manejan todos los días. En los padres que le dan tabletas y celulares a sus hijos (y sin audífonos).

Ejemplos que son pequeños pero que juntos hacen la gran diferencia. Si no pueden hacer algo tan básico como ceder el paso al peatón y no tirar basura en la calle. Como podemos alzar la balanza del debate a temas un poco más delicados como el resto del mundo. Las otras naciones están jugando carreras en el progreso y nosotros apenas estamos aprendiendo a gatear. Y quiero mencionar que estos problemas no son de clase social, porque muchos pueden alegar que es un problema de educación en los sectores necesitados. Y lo siento, pero no solo es eso. Sé de personas sin necesidades económicas que también dejan basura en la playa. Y también me toca ver personas con mucha necesidad limpiando la playa por gusto, siendo amables y respetando a los demás. No es cuestión de dinero, como mucha gente quiere pensar.

A pesar de las críticas que hago hacia los mexicanos. Cuando amigos extranjeros o mismos amigos nacionales critican México, soy el abogado del diablo y defiendo mi patria a capa y espada. Es verdad que hay mucho por aprender, pero no puedes pedirle peras al olmo. Tenemos que entender dónde estamos para ver a dónde queremos ir. Es verdad que el mexicano quiere un primer mundo sin cambiar su comportamiento. Pero si tienes el privilegio de poder ver más allá, de aprender cosas nuevas, de desaprender lo que está mal, de comparar comportamientos o de aspirar a un México “mejor”. Tienes la oportunidad de ayudar a tu comunidad, familia, amigos y demás personas cercanas a quitarse la venda de los ojos. Creo que estamos estancados porque no hemos aprendido a confrontarnos con el espejo, aceptar nuestros errores y después ayudar a los demás a asimilar los suyos.

La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.

Amos Alcott

No se trata de abordar el tema con la actitud de yo estoy bien y ellos mal. Ayudar a otros a identificar cuando se comportan de forma egoísta es una actividad que beneficia a todo el país. Las cosas que mencioné arriba son ejemplos de cosas que seguramente algún amigo tuyo o algún familiar llegan a hacer. ¿Cuántos amigos tienes que no se ponen el cinturón? ¿Cuántos que siguen usando desechables en su propia casa cuando hay reunión porque: que flojera limpiar los trastes? Mi actitud ante estas situaciones es no quedarme callada. Cuando una persona hace un comentario homofóbico, confróntalo. No para hacerlo cambiar de opinión, ese no es el punto. La idea es dar a entender que eso ya no es aceptable.

Si vas de copiloto y el piloto se quiere estacionar en el lugar de discapacitados, confróntalo. Es más fácil que acepten el mensaje si viene de alguien cercano que si es de un desconocido. No te preocupes si se muestran indiferentes, si no cambian su comportamiento inmediatamente. Seguramente el mensaje ya se plantó. La semilla podrá tardar en germinar pero seguramente a la otra se la pensara dos veces. Sé que mis ideas están volando por todos lados, y estoy abarcando temas muy diferentes entre sí. Pero creo que todo está vinculado a la actitud que caracteriza a los mexicanos. No quererse mover de su área de comodidad, quejarse de todo mas no cambiar nada.

Algunas de mis amigas han tomado a broma lo que les platico de evitar los desechables en las reuniones. Pero aún así lo seguiré mencionando cada que surja la oportunidad. Cuando las reuniones son en mi casa, yo siempre sirvo en platos y vasos normales, es decir, doy el ejemplo. Otros amigos se hacen los ofendidos si les digo que su comentario es machista, alegando que es solo un chiste. Mi Tío se enoja con migo cuando hablamos de homosexualidad, porque llevarle la contraria es “no saber respetar a los mayores”. Mi Mamá se enoja cuando le digo que se estacione dentro del cajón correctamente (Perdón Mamá). Si queremos vivir en un México limpio, educado y encaminado al primer mundo hay que adoptar la idea de ser el cambio que quieres ver. Y contagiar a los demás.

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